En la entrada 16, expuse el problema de si es posible una forma normalizada de descripción de todos los tipos de documentos. Una de las vertientes de ese problema es si se podría compatibilizar el carácter sistémico y objetivo de la normativa catalográfica con el modus operandi de los individuos, que siguen procesos históricos y subjetivos cuando buscan información y documentos.
Las reglas de descripción y acceso del recurso (RDA) han venido a abonar este problema, no obstante que desde su creación se han propuesto como una suerte de solución del mismo, pues con su enfoque hacia la atención de las cuatro actividades del usuario (encontrar, identificar, seleccionar y obtener) y su modelo de entidad-relación se centran en un concepto de apariencia neutral: El recurso, que se define en la normativa respectiva como sigue:
Una obra, expresión, manifestación o item. El término no sólo incluye una entidad individual, sino también sus agregados y componentes (por ejemplo, tres mapas, una diapositiva que es parte de un conjunto de 20, un artículo publicado en una revista académica). Se puede referir a una entidad tangible (por ejemplo, un audiocasete) o a una entidad intangible (por ejemplo, un sitio web).
Las entidades bibliográficas obra, expresión, manifestación e item se muestran con sus relaciones en el siguiente gráfico, tal como se les consideró en el modelo de requisitos funcionales del registro bibliográfico (FRBR):
Las reglas de descripción y acceso del recurso (RDA) han venido a abonar este problema, no obstante que desde su creación se han propuesto como una suerte de solución del mismo, pues con su enfoque hacia la atención de las cuatro actividades del usuario (encontrar, identificar, seleccionar y obtener) y su modelo de entidad-relación se centran en un concepto de apariencia neutral: El recurso, que se define en la normativa respectiva como sigue:
Una obra, expresión, manifestación o item. El término no sólo incluye una entidad individual, sino también sus agregados y componentes (por ejemplo, tres mapas, una diapositiva que es parte de un conjunto de 20, un artículo publicado en una revista académica). Se puede referir a una entidad tangible (por ejemplo, un audiocasete) o a una entidad intangible (por ejemplo, un sitio web).
Las entidades bibliográficas obra, expresión, manifestación e item se muestran con sus relaciones en el siguiente gráfico, tal como se les consideró en el modelo de requisitos funcionales del registro bibliográfico (FRBR):
Dejaremos por ahora de lado los problemas que en sí misma plantea esta definición del recurso para tratar de responder a una cuestión que se aloja en el corazón mismo del problema de la entrada 16: Sobre si un recurso y un documento son la misma cosa. Para ello, vamos a considerar la genealogía de ambos, en cuyo intento nos guiaremos con la gráfica del modelo de creación / conformación del documento, que se muestra a continuación:
Tenemos aquí que un documento es un objeto apropiado o elaborado que por la forma como se le adquirió o por su uso asume una valoración simbólica-social como registro o evidencia de algo, lo cual le da una peculiar significación ante un individuo o un grupo social. Es de notar que esta noción suma nuevos matices al problema que semblanteamos en la entrada 11 sobre la naturaleza del documento.
Por razones de utilidad, el documento es objeto de estudio y desarrollo dentro de la disciplina que llamamos "Documentación" (entre otros nombres), y puede llegar a reunirse con otros documentos para conformar acervos que se guardarían en repositorios. La historia ha mostrado que los acervos dispuestos y accesibles para su uso brindan una diferencia competitiva a los individuos y las sociedades a quienes sirven.
Podríamos abundar en otros conceptos que se desprenden de esta gráfica, pero por ahora nos interesa aclarar que hemos añadido en rojo las entidades bibliográficas que son propias del recurso, conforme su definición. De esta manera, notamos que las entidades bibliográficas expresión, manifestación e item están presentes dentro del proceso de creación / conformación del documento, pero que no está la entidad bibliográfica obra, pues aunque se tiene por supuesta en este modelo no es parte del mismo. Dicho en otras palabras, la noción o la idea que es característica de la obra no se ha considerado como parte del concepto de documento, pero sí es parte del concepto de recurso.
Agreguemos a lo anterior que en las RDA no se define lo que es un documento, aunque si se le considera como manifestación, lo cual corresponde a usos específicos que se dan al documento.
Todo esto apunta a que el recurso y el documento no son de la misma naturaleza. Asimismo, este razonamiento es indicador de que el documento es un tipo de recurso, pero aun queda por resolver si todo recurso es un documento.
Esta última interrogante puede responderse negativamente si consideramos los siguientes casos:
1) Los mensajes que nunca llegan a fijarse en un soporte (esto es, que son obra u obra-expresión solamente).
2) Los recursos que nunca llegan a ser valorados como documentos (por ejemplo, los grafitis callejeros, los escritos y dibujos en los baños públicos, las producciones censuradas, subvaloradas o excluidas, etc.).
3) Los recursos que entran en la nebulosa que se llama "recurso intangible". Sin embargo, en este considerando hay algunos que claramente son documentos, como los sitios web.
Llegados a este punto, alguien pudiera pensar que este problema resulta del tipo de abordaje que estamos siguiendo (la genealogía del documento y del recurso), y que la solución se tendría con sólo seguir otro camino, por ejemplo, mediante una comparación de tipologías del recurso y del documento. Nada más alejado de la realidad, pues este es un problema no sólo conceptual, sino de la práctica de conformación y organización de los acervos.
En otras palabras, este problema se refiere a la concepción misma del universo documental o de recursos que es materia de trabajo de los bibliotecarios, por lo que su problematización es un asunto permanente y abierto debido a las dinámicas de creación y conformación de los objetos y de valoración de los mismos como documentos o como recursos de interés para las unidades de información.
Así, el problema de si sean lo mismo el recurso y el documento queda abierto, sin resolver, pues precisamente las dinámicas en las que están involucrados ambos son distintas y coinciden con determinada frecuencia, por lo que pueden cambiar sus definiciones e incluso volverse más imprecisas. Este problema es tan complejo e interesante que lo deberemos considerar en otros abordajes.
Bibliografía
Buckland, M.K. (1997). What is a document? Journal of the American Society for Information Science, 48(9), pp. 804-809.
Dumas, M.N. (2012). Uma busca por um conceito genérico de documento: Tipos e suportes. Disertación de maestría presentada en la Universidade Federal do Paraná, Curitiba.
Frohmann, B. (2009). Revisiting "what is a document". Journal of documentation, 65(2), pp. 291-303.
Rabello, R. (2009). A face oculta do documento: Tradição e inovação no limiar da Ciencia da Informação. Tesis de doctorado presentada en la Faculdade de Filosofia e Ciencias de la Universidade Estadual Paulista, Marília.
RDA toolkit: Resource description & access. (2010- ). Localizado: 31 dic. 2012. En: http://www.rdatoolkit.org.
Por razones de utilidad, el documento es objeto de estudio y desarrollo dentro de la disciplina que llamamos "Documentación" (entre otros nombres), y puede llegar a reunirse con otros documentos para conformar acervos que se guardarían en repositorios. La historia ha mostrado que los acervos dispuestos y accesibles para su uso brindan una diferencia competitiva a los individuos y las sociedades a quienes sirven.
Podríamos abundar en otros conceptos que se desprenden de esta gráfica, pero por ahora nos interesa aclarar que hemos añadido en rojo las entidades bibliográficas que son propias del recurso, conforme su definición. De esta manera, notamos que las entidades bibliográficas expresión, manifestación e item están presentes dentro del proceso de creación / conformación del documento, pero que no está la entidad bibliográfica obra, pues aunque se tiene por supuesta en este modelo no es parte del mismo. Dicho en otras palabras, la noción o la idea que es característica de la obra no se ha considerado como parte del concepto de documento, pero sí es parte del concepto de recurso.
Agreguemos a lo anterior que en las RDA no se define lo que es un documento, aunque si se le considera como manifestación, lo cual corresponde a usos específicos que se dan al documento.
Todo esto apunta a que el recurso y el documento no son de la misma naturaleza. Asimismo, este razonamiento es indicador de que el documento es un tipo de recurso, pero aun queda por resolver si todo recurso es un documento.
Esta última interrogante puede responderse negativamente si consideramos los siguientes casos:
1) Los mensajes que nunca llegan a fijarse en un soporte (esto es, que son obra u obra-expresión solamente).
2) Los recursos que nunca llegan a ser valorados como documentos (por ejemplo, los grafitis callejeros, los escritos y dibujos en los baños públicos, las producciones censuradas, subvaloradas o excluidas, etc.).
3) Los recursos que entran en la nebulosa que se llama "recurso intangible". Sin embargo, en este considerando hay algunos que claramente son documentos, como los sitios web.
Llegados a este punto, alguien pudiera pensar que este problema resulta del tipo de abordaje que estamos siguiendo (la genealogía del documento y del recurso), y que la solución se tendría con sólo seguir otro camino, por ejemplo, mediante una comparación de tipologías del recurso y del documento. Nada más alejado de la realidad, pues este es un problema no sólo conceptual, sino de la práctica de conformación y organización de los acervos.
En otras palabras, este problema se refiere a la concepción misma del universo documental o de recursos que es materia de trabajo de los bibliotecarios, por lo que su problematización es un asunto permanente y abierto debido a las dinámicas de creación y conformación de los objetos y de valoración de los mismos como documentos o como recursos de interés para las unidades de información.
Así, el problema de si sean lo mismo el recurso y el documento queda abierto, sin resolver, pues precisamente las dinámicas en las que están involucrados ambos son distintas y coinciden con determinada frecuencia, por lo que pueden cambiar sus definiciones e incluso volverse más imprecisas. Este problema es tan complejo e interesante que lo deberemos considerar en otros abordajes.
Bibliografía
Buckland, M.K. (1997). What is a document? Journal of the American Society for Information Science, 48(9), pp. 804-809.
Dumas, M.N. (2012). Uma busca por um conceito genérico de documento: Tipos e suportes. Disertación de maestría presentada en la Universidade Federal do Paraná, Curitiba.
Frohmann, B. (2009). Revisiting "what is a document". Journal of documentation, 65(2), pp. 291-303.
Rabello, R. (2009). A face oculta do documento: Tradição e inovação no limiar da Ciencia da Informação. Tesis de doctorado presentada en la Faculdade de Filosofia e Ciencias de la Universidade Estadual Paulista, Marília.
RDA toolkit: Resource description & access. (2010- ). Localizado: 31 dic. 2012. En: http://www.rdatoolkit.org.
Al establecer los parámetros de esta discusión, fue sumamente apropiado que lo sintetizaras en las premisas siguientes:
ResponderEliminar1) Los mensajes que nunca llegan a fijarse en un soporte (esto es, que son obra u obra-expresión solamente).
2) Los recursos que nunca llegan a ser valorados como documentos.
3) Los recursos que entran en la nebulosa que se llama "recurso intangible".
Al establecer estas consideraciones, es posible que podamos abordar una de las aristas de este problema: la materialidad del documento.
Entiendo que todo documento, para ser "útil", necesita estar fijado en un soporte, es decir, requiere de una manifestación física para ser un documento. Un recurso no debe cumplir necesariamente con esta cualidad. Sin problema alguno, podemos afirmar que existen recursos intangibles, pero no que hay "documentos intangibles". Un documento inmaterial, per se, sería una contradicción semántica. ¿Pero qué sucede entonces con todos los documentos que no están fijos ya en soportes físicos? Por ejemplo, los documentos electrónicos... no son tangibles y sin embargo son documentos, no recursos (por ejemplo, los documentos fiscales o jurídicos en formatos electrónicos).
Aquí valdría hacer una apreciación. Comúnmente los docuemntos son susceptibles de ser "materializados": la documentación fiscal o jurídica se imprime en papel; la música que se descarga desde la web puede grabarse en un dispositivo, tal como un disco compacto o un dvd, lo mismo sucede con las imágenes como las fotografías. Luego entonces ¿todo documento tendrá siempre la posibilidad de tener de sí una representación física, material de su existencia?
El asunto de la fijación en un soporte lo he tratado en la entrada 11, por lo que remito a esa contribución.
EliminarAhora bien, debo señalar que lo intangible no es lo mismo que lo inmaterial. Me remito para aclarar esto que digo al DRAE, que define "intangible" como aquello que no debe o no puede tocarse. De esta manera, el tacto, como efecto de la negación del deber o del poder, es lo característico de aquello que se nombra con esta palabra, según el diccionario de nuestra lengua. En consecuencia, un ejemplo de esto podría ser un libro sagrado sobre el que haya una prohibición de tocarlo. Creo que resultan obvios algunos problemas que plantea esta definición al momento de atraerla a nuestra reflexión.
La cosa no mejora en inglés, donde en el Oxford dictionary se define "intangible" con las siguientes acepciones:
a. Unable to be touched; not having physical presence.
b. Difficult or imposible to define or understand; vague or abstract.
c) (Of an asset or benefit) Not constituting or represented by a physical object and of a value not precisely mensuarable.
La primera acepción se parece mucho a la del DRAE en cuanto al no poder, aunque lo que dice luego sobre no tener una presencia física viene a ser un misterio. ¿Podríamos pensar que la presencia física es similar a la materialidad?
La segunda acepción puede dar cabida a lo indefinible, lo inefable, lo indemostrable e incluso a lo oculto.
La tercera acepción, la dejo sin comentario, por ser la más misteriosa de todas.
El tema de lo intangible es de verdad uno de los grandes retos conceptuales que deberemos resolver cuando consideremos los documentos o los recursos.
Siguiendo el curso de estas ideas, ¿qué significa decir que un sitio web es un recurso intangible? ¿No se debe tocar? En el caso de que sea un sitio web propietario estaría prohibido tocarlo. ¿Por esto es intangible?
¿Un sitio web no puede tocarse? Si digo que en mi pantalla tengo un sitio web abierto, ¿al tocar mi pantalla entonces toco el sitio web? ¿Es entonces tangible?
En este caso, sólo considero lo que define el DRAE, pero resulta suficiente para ver el embrollo al que nos asomamos.
En todo caso, ¿un sitio web es un documento? Claro que si, pues su contenido está fijado en un soporte, que puede estar en un servidor que conozco o en alguno remoto, incluso desconocido para mí.
Enfocándome en el documento, creo que una de sus propiedades es la reproducibilidad, pues todo tipo de documento tiene esta característica. Los llamados "recursos intangibles", si son reproducibles, entonces son documentos. Pero hay distintas formas y calidades de reproducibilidad, y esto es entonces otro asunto a considerar.
Saludos.