domingo, 7 de mayo de 2017

67. PELIGROS Y RIESGOS

Los servicios dan solución a las necesidades de información de los usuarios utilizando los mecanismos de acceso a los recursos materiales y/o lógicos disponibles de la biblioteca. Sus características son dos:
  • La adecuación, que consiste en conducir la necesidad de información a su solución a través de una ruta en la que haya el menor número de desviaciones, las cuales pueden ser meros intentos o vías equivocadas.
  • La efectividad, que consiste en acciones que involucran el medio, la disponibilidad real utilizada, la rapidez y la pertinencia.
De esta manera, los servicios tienen el control del acceso a lo que está disponible, por lo que resulta muy importante que distingamos, para fines de análisis, la disponibilidad y el acceso.
Por otra parte, desde hace un lustro en la Gestión del Conocimiento empezó a abordarse el tema de cómo se debe gestionar la ignorancia de las organizaciones. 
La ignorancia es un estado de las personas, los grupos y las organizaciones, que consiste en no saber algo porque no se puede, no se quiere o no se debe, y ocurre como una construcción social que excluye para fines de protección, identidad, mantenimiento, cohesión y/o control. La ignorancia, más que el conocimiento, es lo que une y empareja a las personas, las organizaciones y los grupos.
Israilidis, Lock y Cooke han definido la "gestión de la ignorancia" de la siguiente manera:

es un proceso de descubrimiento, exploración, darse cuenta, reconocimiento y administración de la ignorancia, dentro y fuera de la organización, a través de un proceso administrativo apropiado para satisfacer las demandas actuales y futuras, para diseñar mejores políticas, y para modificar acciones, de manera que se alcancen los objetivos de la organización y se mantenga la ventaja competitiva.

Esta definición, tal cual la enunciaron los autores, sirve para bibliotecas universitarias, especializadas y escolares, en donde la organización puede ser una institución de educación superior, o de investigación, o una escuela, respectivamente. En el caso de las bibliotecas públicas, la organización será la sociedad. Además, dependiendo del tipo de biblioteca la ventaja competitiva se puede entender de dos maneras: hacia dentro de la biblioteca o hacia la comunidad a la que sirve.
El proceso que enuncia esta definición se muestra en la siguiente gráfica:

Gestión de la ignorancia (Israilidis, Lock y Cooke).
Esta noción nos sirve para entender mejor lo que hacemos los bibliotecarios con nuestros usuarios, pues cuando acuden a solicitar nuestros servicios bibliotecarios o de información tratamos de descubrir, explorar, darnos cuenta o reconocer lo que ellos nos piden o requieren, y asimismo administramos su ignorancia a través de interacciones y por los recursos que ponemos a su disposición en formas predeterminadas.
En consecuencia, y dado que los servicios gestionan la ignorancia, entonces conllevan peligros y riesgos que pueden ocurrir con relativa frecuencia. Para comprender esto, introducimos las siguientes tres definiciones:
  • Peligro (hazard): Agente que proporciona servicios en la biblioteca, o recursos materiales y/o lógicos de la misma, capaces de introducir ruido, sesgos, errores o tendencias en la solución a las necesidades de información de los usuarios.
  • Riesgo (risk): Probabilidad de que ocurra un fallo en la solución a las necesidades de información de los usuarios por la presencia de un peligro en la ejecución del servicio.
  • Necesidad de información (information need): Es un estado o situación de ignorancia determinado del usuario, que se toma como punto de partida para buscar dotarlo de información o conocimiento adecuados para un proceso de aprendizaje y/o apropiación, que reduzca y redefina su ignorancia, y le lleve a tener otro estado o situación de ignorancia.
De esta manera, los bibliotecarios pueden tener una interacción deficiente con un usuario, proporcionarle acceso a recursos de información de calidad cuestionable, hacer que su experiencia de servicio sea tortuosa, limitarle la disponibilidad, cuestionarle su necesidad de información, y demás, provocando como consecuencias ruido, sesgos, errores o predisposiciones de tendencias en ese usuario, todo con relativa facilidad y sustentado en supuestos de la autoridad del bibliotecarios por su presunta neutralidad, dedicación y preparación.
¿En que extensión ocurre esto en las bibliotecas de todo el orbe? Es difícil saberlo, pues los bibliotecarios se han enmascarado en todo el mundo y niegan cualquier estudio que apunte a mostrar sus fallos, por lo que generalmente no aprenden de sus errores, sino que los repiten desde hace décadas. Esto puede asumirse como una soberbia muy grande de los bibliotecarios, pero ellos lo justifican porque se asumen como campo laboral asediado y poco reconocido.
¿Contribuyen a esta situación las escuelas que forman bibliotecarios, así como las instituciones de investigación en materias bibliotecarias y de la información? Definitivamente, pues son claros instrumentos creadores y difusores de la ideología predominante en el mundo bibliotecario, que es la que justifica el statu quo.
Tenemos entonces que la gestión de la ignorancia es algo que hacen los bibliotecarios hacia dentro y hacia fuera de su gremio, y por ende lo realizan también las bibliotecas. Asimismo, encontramos indicios de que esto puede llevar a que existan peligros y riesgos para los usuarios de los servicios. No obstante, como los asuntos que ahora tratamos son tabúes de los bibliotecarios, se requiere un gran esfuerzo para ahondar en estos problemas, pues conforman un complejo de ignorancia que administran los bibliotecarios para presentar una cara bien maquillada al mundo. 
Las implicaciones sociales, morales y políticas de esta situación son innegables. Precisamente por su complejidad, seguiremos abordando estos asuntos.

Bibliografía
Israilidis, J.; Lock, R.; Cooke, L. (2013). Ignorance management. Management dynamics in the Knowledge Economy, 1(1), p. 71-85.

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