sábado, 23 de junio de 2012

43. ADMINISTRACIÓN Y GOBERNANZA

En inglés, se tienen dos conceptos que sirven para distinguir entre la administración y la gobernanza de la biblioteca (library governance, en inglés).
La primera noción hace referencia a la administración, la gestión o el gobierno de la biblioteca, considerando todos los asuntos del manejo y la conducción de los recursos, los procesos y los servicios. Es de notar que las actividades a las que hace alusión esta primera acepción abarcan el manejo espontáneo, planificado o mixto de todo lo que se encuentra dentro de la biblioteca, además del trato con los funcionarios de la organización a la que está adscrita para asegurar los insumos que requiere para su operación, mantenimiento y desarrollo.
La gobernanza de la biblioteca está más enfocada al entorno que la rodea, mismo que con frecuencia requiere que la biblioteca defina o acepte responsabilidades sociales o institucionales, como un mayor involucramiento en el desarrollo económico, en la educación, en la investigación, en la difusión, en el desarrollo cultural, etc. Asimismo, cae en el ámbito de la gobernanza el requerimiento a la biblioteca para que se someta a una contabilidad externa de su ejecución, y para que los bibliotecarios participen en el diseño e instrumentación de las políticas de lectura, de formación de competencias, de información, y de organización y socialización del conocimiento.
Son tesis de la gobernanza bibliotecaria la participación de varias organizaciones o individuos en asuntos de la biblioteca que son de su interés; los temas de políticas bibliotecarias, de información, de conocimiento, etc.; el financiamiento de las bibliotecas, sus programas y servicios; la promoción del sano equilibrio en lo que tiene que ver con la participación social o institucional de las bibliotecas; la supervisión y el control de los programas y proyectos de la biblioteca, así como otros más.
En nuestro medio, los bibliotecarios latinoamericanos aprendemos en nuestras escuelas algo de administración y nada de gobernanza. Es así que todo lo que tiene que ver con materias de la gobernanza de la biblioteca, como son los asuntos de la negociación política (advocacy, en inglés), de la sustentabilidad (o sostenibilidad, en español; sustainability, en inglés) y del financiamiento (funding, en inglés), son terra ignota para la mayoría de nosotros.
Aparte de los problemas que ocasionan estas carencias en la formación bibliotecaria, el tema de la gobernanza no es atendido en la literatura en español, como si no existiera esta parte de la vida de las bibliotecas. En México, incluso podríamos aseverar que no se quieren abordar ni interesan este tipo de cuestiones, pues aún predomina una visión patriarcal en materia bibliotecaria, de modo que los bibliotecarios esperan que todo lo que requiere la biblioteca lo aporte la organización de adscripción, sea una empresa, una institución o el gobierno. Asimismo, se asume que los requerimientos de negociación política, sustentabilidad y financiamiento no deben ser de incumbencia directa del bibliotecario, sino que este sólo puede participar como coadyuvante y/o asesor.
No obstante, tanto la administración como la gobernanza son dos discursos entrelazados que atañen por igual a la biblioteca y que deberían ser de su principal interés, aún más en estos momentos en que esta institución es percibida a veces como un apéndice accesorio de la estructura social o institucional, que bien puede sustituirse por la Internet.
Tenemos así que la administración, la gobernanza y las interrelaciones entre ambas son temas de gran interés, pero también notamos que su comprensión y dominio son problemas que tienen que enfrentar las bibliotecas y los bibliotecarios. Los asuntos que abarcan son diversos y de ahí que los problemas que se tienen que atender vayan desde la exploración y el reconocimiento de las situaciones, la formación de bibliotecarios, la identificación de casos y la socialización dirigida hacia la transformación de las bibliotecas en instituciones más comprometidas con sus comunidades. Son tan interesantes los problemas que estos abordajes apuntan, que deberemos seguir tratándolos en otra ocasión.

sábado, 2 de junio de 2012

42. SOBRE EL ENMARCADO DE LA BIBLIOTECA

Las personas utilizamos enmarcados para estar y movernos en el mundo. De esta manera, a través de enmarcados ubicamos objetos, conceptos y personas, instalados cerca o lejos de nosotros dependiendo de nuestra escala de valores, así como en concordancia con nuestros deseos e intereses.
Los enmarcados existen para guiarnos en el mundo, a manera de un mapa del sistema, por lo que también expresan el fin para el cual éste existe. Los distintos componentes que están en esos enmarcados nos indican aquello que notamos y que nos resulta significativo, lo que necesitamos o nos gusta, así como lo que acostumbramos.
Además, los enmarcados nos llevan a disponer del espacio y el tiempo para los fines que nos propongamos, mismos que están alineados al fin del sistema o que lo alteran. Por ejemplo, en un modelo de hogar occidental, la primera habitación es un recibidor que a veces llamamos "sala", en donde se mantienen ciertos objetos en una instalación concebida para que lleguen, se conozcan y sean atendidas las personas distintas de quienes habitan en la casa y la utilizan. Al pasar el tiempo, este modelo ha tenido variantes, a la vez que la influencia de la cultura occidental en distintos pueblos ha llevado a que existan domicilios con formas distintas de salas, manteniéndose en general la función de ser espacio de recepción de los extraños.
Entrada de la Biblioteca Central de Seattle.
Cuando trasladamos la noción de enmarcado a la biblioteca, esperamos constatar que la disposición física de los elementos en el recinto corresponda a un modelo. Es así que  encontramos varios modelos de bibliotecas que manifiestan de formas diferenciadas la función de su punto de ingreso o entrada, así como el uso que podemos hacer de él. De este modo, a veces allí está el catálogo, en otros casos se tiene allí un mostrador de información y préstamo, en algunas ocasiones se ha instalado allí un espacio de recibidor amplio que también puede utilizarse para exposiciones, o cabe tener allí un guardabultos con una persona que pide que se registren quienes deseen entrar. 
Hasta ahora no he encontrado una biblioteca que tenga en su punto de ingreso una sala, como las de los domicilios, en donde un biblotecario reciba a los usuarios, los conozca y los escuche para luego recomendarles o instruirles sobre lo que deban hacer al pasar al resto de las instalaciones.
¿Que´ocurre cuando el modelo de la biblioteca corresponde a una instalación en la Internet? O sea, si seguimos con la idea del punto de ingreso, ¿cómo es éste en las bibliotecas que se encuentran en la red?
Si como hemos notado hasta ahora, cada parte de la biblioteca conforma una instalación que es segmento de otra instalación mayor en la que la imbricación de las partes tendría que ser funcional entre ellas y de ellas con el todo, además de cumplir con los otros fines que le adjudiquemos, entonces la instalación para el punto de ingreso a la biblioteca cobraría singular importancia ya que como mínimo debería servir para recibir, mostrar y ayudar a decidir si se debe continuar hacia las otras instalaciones.
Sitio de la BNF.
Tomemos como caso el sitio digital de la Biblioteca Nacional de Francia, donde lo primero que destaca y llama nuestra atención es una pantalla cambiante junto a una cartelera llamativa que indica los eventos culturales vigentes o próximos. Más arriba, vienen algunos botones que envían a servicios para personas con discapacidad, para cambiar de idioma o para tener acceso a algunos servicios. Abajo, vienen listados ordenados en vertical de hipervínculos clasificados, entre los cuales podemos notar al centro la información sobre la propia institución. Más abajo, vienen hipervínculos que se muestran con íconos, así como botones para tener acceso a las redes sociales.
En este punto de ingreso, la biblioteca me dice que es un espacio cultural, accesible y que tiene gran cantidad de opciones para mí, además de mantenerme informado sobre lo que realiza. Es de notar que sobre la pantalla cambiante está escrito un llamado a sostener la biblioteca, que fue colocado de modo que no pueda dejar de mirarse. En ese breve texto, el verbo está en infinitivo, por lo que se refiere a una acción que quiere parecer neutra, aunque invitadora por el verbo elegido.
El modelo de biblioteca que notamos aquí es el de un espacio cultural disponible para las personas, con actividades y servicios diversos, que no siempre son gratuitos, y que se debe sostener para que pueda continuar realizando sus actividades sociales y culturales. El punto de ingreso traduce el modelo y se nos presenta como un espacio lleno de recursos, sin muchos blancos intermedios, a modo de una alacena plena de cosas interesantes.
Este componente del enmarcado que conforma el sitio digital de esta biblioteca es muy sugerente. Si lo pudiéramos traducir a un espacio físico, tendríamos una entrada de una biblioteca con carteles de avisos y señalamientos, como un lugar de partida a otros espacios, pero de modo que atraiga la curiosidad y sirva al estudioso.
Por supuesto, el enmarcado no sólo se limita a una de las instalaciones, sino que consiste en todas las que componen lo que es la biblioteca, abarcando también las interrelaciones e influencias entre los espacios y el todo, los usos y los tiempos de esos usos.
Los enmarcados que tenemos corresponden a los modelos de bibliotecas que hemos desarrollado, que en si mismos traducen la racionalidad con la que han sido concebidas. De este modo, el punto de ingreso puede hacerse pensado como entrada y también como punto de reconocimiento, o como punto de control, o como acceso a los recursos, o para recibir orientación, confiriendo en todos estos casos una función añadida que también diferencia cómo se puede direccionar a las personas hacia las otras instalaciones de la biblioteca.
¿Qué ocurriría si el punto de ingreso fuera un lugar de reflexión, o un lugar para demostrar la intuición propia, o un lugar para jugar con las emociones? ¿Cómo influiría o qué cambiaría en las demás instalaciones de la biblioteca? ¿Qué debería cambiar en la biblioteca física? ¿Qué debería cambiar en la versión digital de la biblioteca? ¿Podemos pensar nuevas modalidades de biblioteca que nazcan completamente en ambiente digital, o sea, sin referentes a lo que han sido las bibliotecas físicas? ¿Qué nuevos modelos deberíamos considerar?
El problema del enmarcado es muy sugerente y se abre a otros problemas relacionados, lo cual le confiere determinado grado de complejidad. Por esta razón, deberemos considerarlo en otra de nuestras próximas reflexiones.