Cuando buscamos información sobre errores o fallos en el trabajo bibliotecario, es interesante encontrar que lo que se ha documentado se refiere principalmente a problemas de desarrollo de colecciones o de la organización documental. De esta manera, se han detectado fallos en las disponibilidad de los documentos que los usuarios desean tener en el acervo, además de que se han cuantificado casos de no localización de documentos porque no se tienen o porque no pueden encontrarse.
Son bien sabidos los estudios que muestran que los usuarios son refractarios a los sistemas de clasificación, que los catálogos tienen muchos datos que nunca se utilizan, que ocurren usualmente errores en la descripción catalográfica, o que la comunicación con los usuarios para conocer sus requerimientos de información y documentos está muy lejos de ser medianamente buena.
Estos tipos de fallos y errores apuntan a que se tienen problemas que se originan en nuestro desconocimiento sobre cómo se relacionan las personas con la información y los documentos, o sea, se trata de errores de concepción en la elección de las soluciones a los problemas de información sin considerar el factor humano que los vehicula.
A manera de ejemplo, tenemos que en general parece que hay dos maneras de concebir la imposición del orden en las bibliotecas. Una de ellas busca instaurar arreglos ordenadores a la información y los documentos, con el fin de llegar a un estado de orden. El otro abordaje, pretende eliminar el desorden a través de la imposición de un orden. La diferencia entre ambas concepciones es de medios y fines: En el primer caso, el acento se pone en los medios que sirven para llegar al fin (los arreglos), en tanto que en segundo se enfatiza el fin (el orden final).
Los arreglos ordenadores de la información y los documentos pueden ser realizados a partir de las indagaciones sobre las relaciones de las personas con la información, pero esto no es posible cuando sólo nos interesa el orden.
Esto es parecido, pero no igual a los enfoques basados en los procesos del sistema-biblioteca o en lo que buscan las personas-usuarios. La diferencia estriba en que el enfoque de medios-fines se centra en los procesos para la imposición del orden.
De esta manera, el problema de comprender los fallos y errores que se han realizado en los diseños para atender los requerimientos y los problemas de información es un terreno muy vasto que se abre ante nosotros, por lo que lo seguiremos abordando.
Son bien sabidos los estudios que muestran que los usuarios son refractarios a los sistemas de clasificación, que los catálogos tienen muchos datos que nunca se utilizan, que ocurren usualmente errores en la descripción catalográfica, o que la comunicación con los usuarios para conocer sus requerimientos de información y documentos está muy lejos de ser medianamente buena.
Estos tipos de fallos y errores apuntan a que se tienen problemas que se originan en nuestro desconocimiento sobre cómo se relacionan las personas con la información y los documentos, o sea, se trata de errores de concepción en la elección de las soluciones a los problemas de información sin considerar el factor humano que los vehicula.
A manera de ejemplo, tenemos que en general parece que hay dos maneras de concebir la imposición del orden en las bibliotecas. Una de ellas busca instaurar arreglos ordenadores a la información y los documentos, con el fin de llegar a un estado de orden. El otro abordaje, pretende eliminar el desorden a través de la imposición de un orden. La diferencia entre ambas concepciones es de medios y fines: En el primer caso, el acento se pone en los medios que sirven para llegar al fin (los arreglos), en tanto que en segundo se enfatiza el fin (el orden final).
Los arreglos ordenadores de la información y los documentos pueden ser realizados a partir de las indagaciones sobre las relaciones de las personas con la información, pero esto no es posible cuando sólo nos interesa el orden.
Esto es parecido, pero no igual a los enfoques basados en los procesos del sistema-biblioteca o en lo que buscan las personas-usuarios. La diferencia estriba en que el enfoque de medios-fines se centra en los procesos para la imposición del orden.
De esta manera, el problema de comprender los fallos y errores que se han realizado en los diseños para atender los requerimientos y los problemas de información es un terreno muy vasto que se abre ante nosotros, por lo que lo seguiremos abordando.